lunes, 30 de enero de 2012

BRILLO DE VIDA


Los millones de fotos que los padres emocionados tomamos a nuestro bebé en todas las poses posibles y con todas las expresiones faciales imaginables: feliz, triste, sorprendid@, enojad@, con pucheros y un sin fin de etcéteras,   además de ser un tesoro para la posteridad, pueden salvarle la vida…

Cuando tomamos una foto con flash, los ojitos a menudo se ven  con un brillo rojo… ese brillo rojo  debe ser similar en ambos ojos, tener la misma intensidad y brillo.

Una  extraña característica que podría repetirse en las fotos de un/a niñ@  de cada 15.000 es que el reflejo  sea rojo, brillante y nítido en un lado y blanco y borroso en el otro.  Este sencillo hallazgo, descubierto por unos padres  observadores y puestos en guardia  podrían ser el primer  signo de alarma para detectar  de manera precoz y oportuna un tumor en la retina.

Se llama retinoblastoma  y es el tumor intraocular más frecuente en la infancia.
Raramente es bilateral.  En éste caso, por lo general existe un componente de familiaridad.

Hace 100 años era fatal en el 100% de los casos.  Hoy por hoy, con un diagnóstico  precoz y un tratamiento adecuado la curación es del 95%, tomando en cuenta que podemos preservar la vida del paciente, el ojo e incluso una visión bastante buena.

Otros signos a los cuales hacer zoom podrían ser un estrabismo convergente (ojitos que bizquean mirando hacia la nariz) la visión doble, los  ojos desalineados, el enrojecimiento y dolor del ojo afectado, una visión deficiente e incluso que la pupila tenga diferente color a simple vista en cada ojo.
El/la oftalmólog@ hará el diagnostico. Podría no ser nada, podría ser algo menos importante, pero...podrías haber salvado la vida del ser que mas amas!

Lo ideal es descubrirlo antes de que crezca y se expanda.

 Se puede, se cura…


 1, 2, 3  sonríe!!!

APRENDIENDO A VER

Me ves?

Cuando tuve por primera vez entre mis brazos a mi hija, mirándola con "ojos de mamá'" pensé lo que habrán pensado muchos padres al ver a sus retoños: Era la bebé más hermosa que yo había visto!...qué alegría! después de 9 meses dentro la panza, nos veíamos por primera vez!!! Qué pensaría ella al verme? Fue entonces cuando surgió una duda: Ella... me veía???


La respuesta es SI, me veía, pero de una manera diferente a la que vemos los adultos.


La visión de un recién nacido se limita al reconocimiento de una cara o un objeto a 20 cm.  Los colores no pueden ser distinguidos.  Esto depende del hecho que el ojo de un neonato es anatómica y funcionalmente inmaduro. Es 
más pequeño. Alcanzará su tamaño adulto (24 mm) recién a los 7-8 años de edad.

No puede acomodar, osea no enfoca a diferentes distancias, como hacemos nosotros cuando vemos hacia el horizonte o cuando leemos un libro.

La mácula, es decir el área de mejor visión central, no está perfectamente desarrollada y tampoco los conos que se encargan de la visión de color. En otras palabras, no ve exactamente a colores, sino sombras borrosas en blanco y negro, con matices.  Luego, a medida que pasa el tiempo, el primer color que atrae es el amarillo, posteriormente el azul.


Las vías nerviosas no están mielinizadas y la conducción nerviosa del ojo al cerebro es precaria. Dicho de otra manera, la imagen viaja lentamente desde el ojo hasta el cerebro.


La producción lagrimal es parcial: se garantiza la lubricación del ojo (producción basal) pero, el llanto tarda en aparecer 2 meses o más, por eso no es infrecuente escuchar esta frase: "Mi bebé llora, pero no tiene lágrimas".

Tendrá los ojos claros como su abuela o  marrones como los de papá?



La pigmentación del iris se completa alrededor de los 6 meses, edad en la cual se puede determinar el color de los ojos. Así que un poco de paciencia.


Los movimientos oculares se coordinan y convierten en voluntarios a partir de los 3 meses. Eso quiere decir que cuando los ojitos bizquean o se van para arriba, no debemos asustarnos porque nuestro bebé está aprendiendo a coordinarlos y hasta ese punto los movimientos son involuntarios.  Estos movimiento se estabilizan entre los 4 a 6 meses hasta llegar al control total de la musculatura extrínseca alrededor del año de edad.

Periodo Crítico o de vulnerabilidad


Así como caminar o hablar, paralelamente al crecimiento de las estructuras anatómicas, el ojo “aprende a ver” en un periodo temporal limitado que abarca desde el nacimiento hasta los 5-6 años. 
Durante este delicado periodo, puede darse que a la fóvea no llegue una imagen nítida impidiéndose un adecuado desarrollo neuro-oftalmológico de la visión.  
Es el tiempo en el que tenemos que estar más atentos a que los estímulos visuales lleguen adecuadamente al cerebro.