lunes, 15 de octubre de 2012

Toxo qué?

Cuando adoptamos nuevos integrantes en la familia, concretamente perros y gatos, además de informarnos sobre sus necesidades y qué cuidados especiales debemos brindarles, es muy importante saber como protegerlo a él y a la familia de las famosas parasitosis.

 
Hoy hablaremos de la toxoplasmosis, parasitosis asociada a graves lesiones oculares.
La toxoplasmosis es una enfermedad muy frecuente a nivel mundial. Se estima que más de la mitad de la población de nuestro planeta es portadora del parásito que la causa, el Toxoplasma gondii, eso podría incluirnos a ti y a mi.
El reservorio natural del parásito lo constituyen los felinos, entre ellos el gato doméstico, también el hombre y otros animales de sangre caliente, como aves y mamíferos, son sus hospederos intermediarios.


Las medidas de prevención son particularmente importantes en las mujeres embarazadas, los niños  y los ancianos y consisten en normas generales de higiene para evitar la transmisión por alimentos o agua contaminada, no consumir carne cruda o poco cocinada y evitar contacto con heces de gato, lavar bien frutas y verduras antes de consumirlas.

Si el gato siempre ha sido casero, es mas difícil que tenga el parásito. Pero si tiene acceso al exterior o es silvestre (como el caso de algunos gatos dados en adopción), o come carne cruda, o caza pájaros o ratones y se los come, entonces sí puede infectarse.

El contagio no es a través de animales de compañía, sino a través de la contaminación de alimentos y su consumo: carnes crudas o mal cocidas, frutas y alimentos no lavados.


La toxoplasmosis ocular constituye la causa más frecuente de uveítis posterior: inflamación de la úvea o capa media del ojo, encargada, entre otras funciones, de suministrar sangre. Como al parásito le encanta la mácula, es decir el área con mejor visión, puede ocasionar ceguera central.
 

Una medida de prevención es la eliminación adecuada de las heces de los gatos 

La contaminación fecal de las manos es un factor de riesgo


Se transmite de varias maneras. La transmisión de madre a feto (a través de la placenta) ha sido la más aceptada y se ha planteado que la mayoría de los pacientes con toxoplasmosis ocular se contagian de esta manera. Sin embargo, la vía oral por la ingestión de los quistes del parásito contenidos en productos como verduras, frutas, agua de beber o carne cruda o mal cocinada de un animal infectado se acepta hoy como la de mayor transmisibilidad.

Afecta por igual a personas de todas las edades y no distingue género, raza ni estrato social.  Aproximadamente el 80% de los episodios de toxoplasmosis ocular ocurren en pacientes entre los 15 y 45 años.
La infección por el parásito  no es sinónimo de enfermedad, la cual suele cursar de manera asintomática o con síntomas muy ligeros, benignos, de corta duración, y rara vez compromete otros órganos en los pacientes con sistemas de defensa normales.
Una fase aguda de este padecimiento podría manifestarse por inflamación de los ganglios de la región cervical, fiebre y decaimiento.
En los inmunodeficientes y enfermos de SIDA el comportamiento de esta dolencia es diferente. Puede ser muy grave, y hasta mortal, debido a que origina afectaciones en varios órganos, entre ellos el cerebro.

La toxoplasmosis ocular puede ser congénita es decir, presente en el nacimiento, o manifestarse posteriormente, con mayor frecuencia entre los 10 y los 20 años; o ser adquirida, y presentarse entonces en cualquier momento de la vida.
Si la mujer embarazada es positiva para la toxoplasmosis, debemos descartar si se trata de un proceso agudo o es algo antiguo y lo más importante: HACER UN CONTROL AL RECIÉN NACIDO!!!  por eso discrepo con algunos colegas ginecólogos que no hacen controles de toxoplasmosis a la madre en el embarazo.
 
Como manifestaciones, en los niños pequeños predominan el estrabismo (ojos bizcos), la pupila blanca (leucocoria) y el nistagmo (movimientos oculares espontáneos y repetidos).
En los niños mayores, adolescentes y adultos los síntomas más comunes son enturbiamiento de la agudeza visual o pérdida de la visión central.
En ocasiones la afección no da síntomas y suelen diagnosticarse durante exploraciones de rutina.

Para tratarlo se utilizan combinaciones de medicamentos y se realizan controles.

IMPORTANTE ENTONCES CONSULTAR CON EL VETERINARIO Y CON TU OFTALMOLOG@, NO CREES?