martes, 3 de abril de 2012

Gandhi, la visión de un gigante

Se cuenta esta historia sobre una mujer, su hijo y Gandhi, llamado el Mahatma (gran alma en sanscrito).

El muchacho era diabético y ponía en peligro su salud consumiendo azúcar. 
La mujer entonces decidió llevar al hijo ante la presencia del Mahatma sin importarle los tres largos días de camino.  Ella quería que fuera el Mahatma en persona en decirle al muchacho de dejara de comer azúcar, porque estaba absolutamente convencida de que su hijo lo escucharía.

Gandhi los recibió, la escuchó y simplemente le dijo que regresara dentro de tres semanas.  Entonces la mujer tomó la mano de su hijo y regresó a su pueblo. 
Tres semanas después, tocó nuevamente la puerta de Gandhi.  El la recibió, la escuchó nuevamente pero,   ésta vez, se dirigió hacia el hijo y le dijo: “muchacho, no comas más azúcar”.

La mujer se dirigió al Mahatma y le preguntó lo que cada un@ de nosotr@s quisiera saber, dijo: “Tres días de camino me separan de tu casa.  Estuvimos aquí hace tres semanas y nos dijiste que volviéramos.  Hemos caminado tres días de ida y vuelta para estar frente a ti.  Por qué no hiciste hace tres semanas lo que hiciste hoy? Por qué no hablaste con mi hijo ese día?".
Con la mirada serena detrás de sus característicos lentes, Gandhi miró a la mujer en una forma que ella nunca olvidaría y le dijo: “Mujer, hace tres semanas atrás, yo también era un goloso del azucar”.


“Sé el cambio que deseas ver en el Mundo”

Tal vez te interese saber la reciente noticia sobre los lentes de Gandhi en
http://laprimeraplana.com.mx/2012/04/02/a-subasta-lentes-de-mahatma-gandhi/




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